-
One day
One day I will be reborn like the leaves in spring
One day I will leave everything to hope
One day I will think that everything happened because it was necessary
One day I will deep clean my soul, my thoughts and every prejudice that makes me cloudy
One day I will stop needing matter to become only essenceBut today,
It’s not the day yet. -
Un día en la Escuela Normal Rural «Justo Sierra Méndez»
Últimamente me he dedicado a leer, a escribir y a visitar lugares que me causan curiosidad, para que no me digan, ni me cuenten.
En esos tours, visité la famosa Escuela Normal Rural «Justo Sierra Méndez», para platicar con una estudiante que está haciendo su tesis sobre los procesos de adquisición de la lectoescritura, pero más que nada, ella estudia las estrategias que utilizan los docentes de primero de primaria. Estuvimos conversando mucho tiempo, le hablé sobre lo maravillosa que es la lengua.
Estuvimos bromeando sobre los fonemas en español y la comparábamos con el inglés, yo le decía que me daba mucha risa cuando los hablantes de la lengua inglesa dicen «sushi», yo siempre les preguntaba : «¿Quién es Susi?», reímos, le hablé de mi tesis doctoral, ella estuvo muy atenta escuchándome.
Al final fuimos a la biblioteca (la cual no era muy accesible), pero logramos encontrar algunos autores que le recomendé como Saussure, Chomsky, Pinker, entre otros. Lo demás lo podía conseguir online, mientras yo veía libros, ella me dijo: «mire maestra, este libro le puede servir para su tesis, es lo que usted está investigando», en ese momento, sentí que mi corazón se apachurraba de felicidad, me sentí aparte de escuchada, como si estuviéramos alineando nuestras mentes.
Me gustó la Normal de Cañada Honda, sobre todo la conversación con aquella alumna, que nunca había visto antes.
-
Ahora es tiempo
Aun no es tiempo de decirnos adiós,
Ahora es tiempo de entendernos,
Ahora es tiempo de amarnos hasta cansarnos,
Ahora es tiempo de besarnos hasta sangrar.Aún no es tiempo de decirnos adiós,
Porque en ti encuentro paz
Porque en ti encuentro mi ser
Porque en ti encuentro tranquilidad
Porque en ti encuentro confianza.Aún no es tiempo de decirnos adiós,
El adiós es para los cobardes,
Es para los que no se aman,
Es para los que no están,
Tú y yo estamos, nos amamos, nos acompañamos.Aún no es tiempo de decirnos adiós,
Es tiempo de mirarnos a los ojos
Juntar nuestras manos otra vez y ver el horizonte,
Sentir el presente y visualizar un futuro de ancianos, ancianos que conversen hasta al amanecer
Ancianos que crean en el amor,
Ancianos amantes y confidentes.Es tiempo de tenerte entre mis brazos, no soltarte.
Es tiempo de pensarte cuando estás, cuando no estás o cuando nos perdemos en la inmensidad.
Es tiempo de rodar por la arena y enterrar nuestros corazones uno sobre el otro,
De romper nuestros paradigmas y correr a los fantasmas.Hoy es nuestro tiempo.
-
Londres de ensueño
Londres es encantadora. Salgo y es como si de pronto apareciese una alfombra mágica sobre la que me siento transportada al seno de la belleza sin levantar un dedo.
Virginia WoolfLas ventanas ya son mis amigas, ahora mi nueva pasión son las fotos de mí reflejadas en ellas.
Bajamos del avión, analicé el mapa del metro, compré los boletos y nos lanzamos a la aventura, perdernos no es nuestra opción, pero si pasa, no hay problema.
Londres es como las películas lluvioso, frío, hermoso y también con olores a fish an chips por todos lados. Caminamos por un buen rato entre los mercados navideños, el olor a queso y vino caliente me encantó pero también me recordó el maldito reflujo, así que mejor decidí no comer,ni beber nada. Fue día de contemplación.
Pasamos por el palacio de Londres, Carlos quiso que entraramos pero el tiempo se iba encima y mejor llegar antes, esperar al avión, dormir, ir por todas las tiendas de ropa carísimas de Londres y regresar a tomar café, comer ensalada, dormirnos, esperar el avión que se retrasó.
El pinche avión llegó como hasta que quiso y llegamos tarde muy tarde a Bélgica. El tren estaba cerrado, pedimos un uber, Carlos ya quería llegar y se quiso bajar del auto
, y le dije que no manche y ya llegamos rápido al hotel. Di mi nombre y nos dieron la llave sin pedirnos nada, hasta me sentí importante
.
Dormí mucho
.
-
Me acuerdo
La creatividad me ha enseñado a crear mis propias definiciones sobre todas las cosas, la gente dice muchas cosas, la gente opina sin conocer.Por ejemplo, el otro día alguien me cuestionaba el porqué soy tan mala persona y me alejo de mi familia. Le dije que mi definición de familia no era un apellido, ni una serie de eventos desafortunados.
Mi definición de familia es como aquel bello libro… un círculo de personas que te aman. La definición de amor, es todo aquello que te respeta. Una amiga hace un año me dijo que no me preocupara porque sólo somos unos cuantos con los que puedes contar, y los dedos de la mano sobraban.
Cuando voy a terapia, a veces dudo de mi definición de familia, pero mi psicóloga me ayuda a reordenarme, a guiarme para no olvidarme que primero estoy yo ante todo y mi dignidad. En el diplomado de creatividad, leímos a Perec. Perec es cotidiano, como la vida de todos. Él me enseñó a acordarme. Entonces, me acuerdo de mis papás conversando, incluso dándose un beso. Me acuerdo de las pláticas hasta la madrugada con él, porque está ahí cuando lo necesito.
Me acuerdo de Angie porque juntas siempre hemos sido más fuertes, más humanas y más dignas. Me acuerdo de mis tías felices, poniéndose guapas y hablando de todos. Me acuerdo de Bruce que ganó un nacional de Taekwondo a pesar de todo. Me acuerdo de Mariana y su sonrisa al bailar Bellydance porque su expresión superaba la técnica. Me acuerdo de mi mamá preocupada por mi forma de ser tan rara, siempre fue un dilema para ella. Me acuerdo de mi papá, cuando fue a verme correr. Me acuerdo de Gabriel cuando era el mejor en gimnasia, y ganó todo lo que se puede ganar. Me acuerdo de Hanna, Anna y Erika que juntas, y hasta la madrugada hacíamos los trabajos, las fiestas y lo que fuera. Me acuerdo de Pollo cuando entrenamos juntos. Me acuerdo de Hugo y el oso de peluche que me regaló lleno de loción siete machos. Me acuerdo cuando para mí lo más importante era correr. Me acuerdo cuando nació Emilio, y me la pasaba llorando. Me acuerdo cuando caminó y todas las veces que se cayó. Me acuerdo de tantas cosas que nunca terminaría. Me acuerdo de las tardes, mañanas y a veces noches cuando Lili y yo no dejamos de hablar de lo que sea. Me acuerdo de Charlie, Esteban, Adán y Leo discutiendo sobre algún autor de literatura.
Me acuerdo de lo cotidiano, lo simple de lo que más me llena.
-
Cancún:nuestra primera escala.
Día 1
Lugares: Aeropuerto Aguascalientes, Cancún
Hartos de la docencia hahaha – +(es bromi)
Por fin pudimos salir de la cotidianidad, o sea, no more alumnos, exámenes, quejas, etc.
Nuestro avión salió a tiempo, yo quise una malteada de baylies porque se me antojó y no había comido.
Tuvimos suerte y nos tocó asientos premium y uno extra para que yo me durmiera
. Adelante de nosotros iba la mamá de mi mejor amiga y su hermano con su familia.
En el camino fuimos leyendo un libro dolorosamente hermoso, pero me quedé dormida. Era uno de Annie Ernaux, se llama «No he salido de mi noche», y habla sobre el alzheimer de su madre. Juntos subrayábamos una parte, o cada quien elegía. Pero de pronto Morfeo se apoderó de mí, Carlos tomó mi celular y lo guardo.
Llegamos a Cancún, no sabíamos ni qué pedo. Nos fuimos en un camión de la ADO, comimos unos tacos de pastor super ricos y una cheve bien fría porque el calor se apoderaba de nosotros.
Fuimos al oxxo, compramos provisiones y nos fuimos a nuestro hotel. Que por cierto es muy cómodo, limpio y acogedor.
Nos dormimos y nos olvidamos de nosotros mismos.
Día 2
Lugar : Cancún
Mi TOC organizativo tuvo una falla, nos despertamos hasta las 12 y cancel plan Isla Mujeres.
Nos bañamos, pusimos nuestros respectivos outfit playeros (no usen converses para caminar en un clima húmedo).
Fuimos al café Nader para comer mucho, unos huevitos con chorizo, jugo de naranja, pan recién horneado y chorros de café porque refil. Preguntamos al mesero por la ruta de camión hacia la playa, confiamos más en el gps que en él (no lo hagan), nos perdí, íbamos en paralelo pero no podíamos pasar a la playa porque propiedad privada, me desesperé y traté de pedir uber (acá no es tan famoso, casi no hay y los taxistas los amedrentan seguido).
Llegamos a la plaza Marina Cancún, estaba fastidiada y esperé a que Carlos Salado comprara una agua, atravesamos la avenida, subimos al camión y en dos minutos estábamos en playa tortuga.
Curé mi piel lastimado en el mar y disfrute de nuestro silencio.
Ahí nadamos, bebimos, y hablamos de todo.
Día 3
Lugar:Aeropuerto de Cancún, las nubes y el mar.
Anoche llegó un correo diciéndonos que necesitábamos prueba covid para subir al avión, intentamos comunicarnos a la aerolínea, en inglés, español y nada. Nos colgaban, y siempre respondían rápido que sí «yes, you need the test», entonces, nos alocamos,estresamos pero conseguimos las pinches pruebas, que al final no las pidieron.
Llegamos al aeropuerto en un uber que venía como loco escuchando la final del mundial de fútbol.
Me dio diarrea, me puse nerviosa, nunca me había pasado, el tiempo pasaba lentamente y la fila para hacer el check in en British Airway era eterna. Delante de nosotros iba una pareja de ingleses diciendo pendejadas y media de una mujer africana o no sé de dónde era, pero sus comentarios eran super xenófobos y racistas, me desesperó bastante, me puse de mal humor.
Una chica mexicana nos habló en inglés para que le cuidaramos sus maletas, yo igual contesté en inglés a hasta que vi que también hablaba español,
.
Por fin hicimos el check in y esperamos el avión, se retrasó una hora, no son como los de Volaris «la aerolínea más puntual de México».
La diarrea cesó gracias a unas Treda. Busqué comida y el papá de Emilio estuvo llame y llame, me volvió a dar diarrea, pensé por un momento que había pasado algo con Emilio, pues no solemos tener tanta comunicación, pero no, no los dejaban entrar a Canadá. Me puse a hacer una carta de consentimiento, con selfie, y todo el show para que vieran que era neta de que iban de vacaciones y no a trabajar.
Lo lograron y pasaron la frontera canadiense, fiu, menos mal.
Carlos y yo seguimos leyendo el libro de Annie Eraux, cada vez se pone más intenso. Y sigo pensando en lo desgastante, doloroso y humano que son las enfermedades, también cómo estás nos transforman, nos avientan al matadero y a la sobrevivencia.
Una chica se acerca y me saca plática en inglés, le respondo, después nos damos cuenta de nuestra mexicanidad, vamos para el mismo rumbo, pero ella viaja sola. Recuerdo mis viajes sola y cómo ahora me cuesta trabajo inconscientemente compartir, convivir, guiar el viaje. Carlos es muy paciente y yo no. Suelo ser muy controladora, pero nos estamos adaptando. Nos damos nuestros espacios de soledad en el aeropuerto, en los cuartos de hotel, creo que eso es un rasgo de amor.
Nos subimos al avión, nos toca juntos, y a mi en la ventana, like always. Nos dan de beber, me aloco bebiendo vino blanco y luego empiezan las agruras, porque más de 30 años.
Duermo un buen rato, me levanto a ver el mapa, a mandarle mensajes a Emilio, a jugar un rato ajedrez y a ver una que otra película. Vuelvo a dormir, el vuelo a Londres no se sintió nada pesado, me recostaba sobre él y él me abrazaba.
Llegamos a Londres, ya es otro día; uno muy frío y lluvioso.
-
Él
Él en alguna estación del tren en Venecia Los días han sido terriblemente difíciles, y no ha pasado realmente nada, dejé los antidepresivos porque aquel hombre con el que estaba endiosada, y hablaba en otra lengua a la perfección me pisoteaba y usaba mis enfermedades mentales para lastimarme. Un día decidí correrlo de mi casa, de mi vida y de todo vínculo que pudiéramos tener. Sólo escribí a su «amiga» que tal vez era su nueva relación, le conté una historia y no por pelear por un hombre, sino por sororidad. Mandé mis investigaciones (tal vez innecesarias); porque después creí que lo único que representé fue ardor. No me justifico, yo fui la que decidió dejar los medicamentos, yo lo puse primero a él que a mí, para ser normal, y beber hasta amanecer.
Mi soledad después de aquel ya casi cumple un año o más, aprendí a solucionar mi vida (aunque cuando estaba aquel, yo servía más de mamá que de pareja), comprendí que desde ese día tendría en mi pensamiento sólo a mí, todo iba tan bien, hasta que después de seis meses tuve el primer ataque de ansiedad, y el segundo, el tercero y mientras manejaba. Nunca dije nada, fui irresponsable conmigo y los demás me seguían pensativos, como pensando: ¿ahora qué chingaos tiene?.
En este proceso, lo conocí a él, al que oculté un rato de todos, porque ya me había aburrido de eso de la introducción, de hablar sobre los ligues, los nuevos, los viejos, los crush, o lo que fuera, ya me había aburrido de tanto hombre de todas edades, colores, lenguas y pensamientos.
Todo porque estaba él, y sólo era él, ya no contesté la larga lista de mensajes vacíos, estaba agotada, encontré con quién compartir mi locura, mi tiempo, mi espacio, mi difícil forma de ser y mi cambiante forma de estar y vivir.
Con él he compartido lo más terroríifico de mi vida, estuvo ahí en la crisis depresiva incluso dentro del consultorio cuando pensaron que me había violentado porque estaba en un estado deprorable, o la vez que fue por mí porque me dio un ataque de ansiedad, y no sólo eso, está a pesar de saber mi condición. Una condición que no es fácil de comprender, ni tampoco de explicarla al mundo.
Lo elegí a él, el me eligió a mí, porque somos unos locos queriendo conquistarnos uno al otro, todos los días. Lo elegí a él porque me convenció de que después del poliamor, también existe el AMOR. Gracias, Carlos.
-
El 2022 se marchó
Desde que cumplí 30 años los días pasan como agua, mis piernas se cansan más, mi ojos no se diga, pienso más las cosas por hacer que en hacerlas, autosaboteo un 80% de mi vida y aún así conocí a una persona que me ha traído mucha alegría.
Mi 2022 comenzó con él, después de tantos intentos fallidos, de recorrer el mundo sin formalizar nada, a lo mucho un noviazgo fugaz que pareció más un amor de verano, y hasta ahí. Agradezco tener a mis amigos de siempre conmigo, aún en la distancia, están y estuvieron todo mi 2022.
Mi 2022 comenzó en un concierto de música electrónica en San Francisco con un amigo que hace robots para la NASA, él bailaba solo y yo contemplaba el espacio, el momento, veía cómo tantas razas, clases sociales, se unían al mismo son de la música, cómo todos en un mismo idioma hacían el contéo de un nuevo año. Mi mente estaba en blanco, con sólo dos cubas de ginebra y ya, no quise más, quería estar consciente, atenta para ver qué más pasaba, la curiosidad nunca me ha matado, pero eses día vi todo lo que no vi en el 2021, así se los dejo, imagínense todo lo que puedan y agréguenlo a la historia.
Después viajé y viajé a USA con mis amigos para conocer las playas de California, hicimos todo un recorrido por la orilla del mar, bajábamos a tomar fotografías y luego a ocultarnos del frío, aquí fue donde más inglés hablé porque ellos a lo mucho saben decir «hola» y todas las groserías que ya les enseñé. Con ellos contemplaba los paisajes y cada uno en su rol, mientras ellos prendían un dron para hacer un video o fotografía, yo sacaba mi block de notas para escribir, escribir, hasta cansarme.
Conocí muchos museos en Bay Area, también fui a bodas indias y no encontré el amor en ninguna.
Este año viví completamente sola, no compartí con nadie mi casa ni mi espacio, sólo con mi hijo pero él es parte de mí (por ahora).
Trabajé hasta desquiciarme, desde antes de que amaneciera hasta el anochecer, discutí muchas veces por la educación de mi hijo y por defenderlo, por querer lo mejor para él. Dejé de trabajar como desquiciada y entendí que el dinero también puede venir de otras formas, no sólo con la autoexplotación.
Este 2022, conocí un hombre con quién puedo hablar de cualquier cosa sin que me juzgue, con quien puedo reírme a carcajadas pero también llorar hasta vaciarme. Un hombre que acompaña mis logros y mis fracasos, alguien con quien puedo contar incluso con los ojos cerrados, con quien caminar a pesar de las adversidades. Lo amo, y me ama, estamos en plenitud. Decidimos después de tantos días, tantas horas compartidas formalizar la relación y ser pareja, ser novios, ser amantes, ser confidentes, ser amigos y en ocasiones rivales.
Empezamos el 2023 viajando y este viaje continuará…
-
Mi libertad
La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.
Michel de MontaigneDesde hace semanas mi estado de conciencia se prende más y más, no sé si sea el Aripiprazol con la Flouxetina; pero veo con claridad situaciones de antes que no daba la menor importancia.
Mis latidos siguen en calma, debes en cuando los acelero por culpa de las clases de hit barre, aunque no he sido constante, los cursos extracurriculares por ser docente calcomen un poco ese tiempo de mi cuerpo, y pone al cerebro a recargarse.
Cada día es menos importante si dejé en visto a alguien o en llamada perdida, también dejé de importarme por problemas que no son míos y que tampoco puedo yo solucionar, cada día trazo mis límites para que el otro no los sobrepase.
En clases de Historia veíamos lo que decía Kant sobre la libertad, en coro, mis alumnxs afirmaban que la libertad termina cuando comienza la del otro, en resumen, decían que lo fundamental para una sana convivencia es respertar al otro, si se quiere ser libre.
Reflexioné un poco de ese tópico tan complejo, entonces pensé:
Soy libre cuando decido no ceder a los deseos de los otros que no quiero, soy libre cuando lloro a grito abierto en mi cama, soy libre cuando decido no contestar el teléfono fuera de mi horario de trabajo,soy libre todo el tiempo en mi cabeza sin verbalizar, soy libre cuando cierro mis ojos o me alejo de eso que no me gusta, soy libre cuando digo lo que siento, soy libre cuando no digo algo que hiere al otro, soy libre cuando gasto mi dinero en Amazon, soy libre cuando compro boletos de avión, camión y tren, soy libre cuando mi hijo decide porsi solo, soy libre cuando él lava los trastes, y él también es libre. Soy libre cuando mi novio me besa y yo lo beso, soy libre cuando lo veo; pero también cuando no lo veo.
Mi libertad soy yo y mis decisiones ante los demás, yo misma me pongo las ataduras, los demás son libres de apretarlas; pero yo soy libre de soltarlas. Soy libre cuando comparto mis palabras, con los míos, con los desconocidos, con el mundo.
-
Mis 32 ya fueron
Todo ya está escrito, dicho y encontrado, a veces pienso, lo creo en algunas ocasiones.
Esta vuelta al sol ha sido muy loca, sobre todo por los cambios tan radicales que viví. Mientras estaba sentada observando la brisa del mar en San Francisco en una conversación sobre la vida, el amor y otros demonios, mi madre veía a sus nietas, a su nieto. Yo pensé en quedarme, en cambiar de vida porque no había nada que seguir en mi pueblo, en mi Aguascalientes ese que nunca he querido dejar.
En ese viaje viví una noche mágica con mis amigos de allá, una fogata en una hermosa playa, contemplé las estrellas, reviví mi infancia al dar vueltas sobre la arena y olvidar el alcohol para disfrutar. Puse música aburrida (o sea la mía), conversaba con mis amigos, sólo en inglés porque la única palabra que conocen en español es «chinga tu madre», les juro que yo no se las enseñé.
Otro viaje fue con mi amigo Nepales el que pensó que estudié en Londrés porque según él mi acento era muy así. Conocí toda la costa de California, capturé momentos silenciosos, increíbles y sobre todo mágicos. La luna siempre me acompañó.
Me despedí de dos personas que quise mucho pero ya no era el tiempo ni la vida nuestra era para nosotros. Viví un amor de verano muy lindo, pero sólo en eso quedó, el aquí y ahora.
Rechacé esperar a alguien porque sólo se espera uno mismo, no los demás. Porque entendí después de tanto que primero soy yo, y después los demás.
Regresé al psiquiatra y ya me tomo mis pastillas, como más pero me siento muy tranquila.
En este año aprendí a amarme tanto que descubrí el amor en él. Ese amigo que parecía eterno pero siempre incondicional, ese que me buscó tanto hasta coincidir. Un libro, una conversación sin final, ideologías opuestas, ojos claros y mi piel morena se mezclaron un día para encontrarnos sin querer.
Este año evolucioné, creí de nuevo en la construcción del amor como una forma de vida, creo en que puedo volver amar y abrir mi corazón, después de tanto esconderme en esas sombras horrorosas del vacío.
Conocí a Carlos y él me enseñó diferentes y únicas formas de estar, amar y permanecer. Gracias por tanto.
Mis padres estuvieron lejos pero a veces cerca, y el amor por ellos continúa. Mi padre se enojó conmigo pero ya nos perdonamos. Perdoné a mi mamá por algunos asuntos pendientes. Me perdoné a mí por lastimarme y no querer ver mi realidad.
Regresé al ballet después de muchos años de ausencia, a sentir mi cuerpo, a sentirme.
Conocí más a mi hijo y lo disfruté como nunca. Agradezco su estar, siempre me salvó.
Gracias vida por tenerme aquí 33 años.
Gracias tierra por dejarme pisarte.
Gracias ancestros por construir y formar lo que soy.
Gracias a mis maestros por estar e impulsarme.
Gracias a todos mis amigos y amigas, sin ustedes este año no hubiera sido tan chingón.
Esta nueva vuelta quiero reaprender, construir y creer en mí.
Besos a todos.
Carpe diem.
-
Sobre Peluquería y Letras de Juan Pablo Villalobos
Antes de iniciar quiero decir algo: No todo lo que diré es verdad, pero tampoco nosotros sabemos si nosotros de verdad estamos aquí, así que no importa.
Juan Pablo Villalobos es un escritor que creció en Lagos de Moreno (diría mi padre, la capital del mundo, en donde él también creció y de vez en cuando sigue viviendo ahí), es una constante regresión a ese lugar, aunque él viva desde hace rato en Barcelona. Ganó el Premio Herralde con la novela No le voy a pedir a nadie que me crea, y él tampoco quiere que ustedes le crean, porque la ficción a veces se confunde con la realidad.
Conocí a Juan Pablo Villalobos hace cuatro años- y no físicamente- sino porque alguien me habló de su literatura, antes de estar encerrada en mi casa por dos años, (bueno, o en otros países en otras casas, podría ser, total, uno puede dar clases en línea desde cualquier latitud, poner un fondo para simular que es de día o de noche, según la hora en la que tenemos que intercambiar diálogos). Total, lo conocí unos años antes del martirio y del inicio a la obesidad, lo conocí porque mi amigo Leo insistía que debía leerlo, porque sí, porque tal vez a mis alumnos de la prepa o de la secu, les fascinaría esa voz del niño encerrado en un castillo, le acepté su regalo y lo leí ese día, en ese café. Después fue mi libro favorito para la pandemia, total, el protagonista también estaba encerrado, mis alumnos amaron cada palabra del protagonista, sobre todo eso de querer un Hipopótamo de Siberia, en fin, mi encuentro con él fue casual.
Después seguí buscándolo encontré No voy a pedir a nadie que me crea, incluso intenté hacerme un tatuaje con esa frase, porque sí, porque al principio pensé que esa era una posibilidad para llegar a la felicidad, si no te importa lo que el otro crea de ti, ya tienes todo ganado. Leí el libro, en mi cuarto, encerrada porque la depresión siempre está presente, pero los libros nunca abandonan, reía a carcajadas, lo bueno que vivo sola sino hubieran pensado que enloquecí, aunque después de todo, no importa si estuviese acompañada, yo estaba viviendo dentro de mi cabeza las historias de Juan Pablo, su primo y su novia. Me acordé de las miles de historias de los colegas de letras, de sus becas y aventuras. Todo lo real a veces parece surreal. Pero recuerden, si escriben una novela como la de Juan Pablo, no pongan su nombre porque en el aeropuerto los pueden confundir con un narcotraficante. Bueno, aunque en Europa sólo con decir que eres mexicana, ya piensan que eres la reyna del sur, me han contado.Al abrir el libro Peluquería y Letras vi la frase de un libro perdido, esos que prestas y nunca regresan, quién sabe por qué, Abro un enorme paréntesis para decir algo fuera de lugar- el epigrafe de Peluquería y Letras es de Apegos feroces de Vivian Gornick, por algún tiempo estuve leyendo mucho a ella, porque a veces uno no se lleva bien con su mamá y tiene que buscar otras historias para encontrar qué pasa… tal vez,. Durante los tres o cuatro años de infelicidad en mi vida, me dediqué a leer las recomendaciones de ellos- mi amigos-, Leo siempre me daba libros ácidos, pesados, que me detenía por momentos para llorar; Lili me daba otros más reflexivos, también viscerales, pero que tal vez ya habían pasado alguna terapia psiquiátrica o un grado mayor de conciencia. Gornick, me recordó que la infelicidad está todos los días, y lo demás, son destellos que palpitan de vez en cuando,supuse que Villalobos, quería pretendía encarar algo en su novela… ¿será la felicidad? ¿o por fin decir que es escritor y no ganadero)…
Villalobos en esta novela hace una mezcla entre la los cánones de la felicidad, la cotidianidad, las problemáticas de un adulto mayor o no tan mayor pero sí con responsabilidades como cuidarse, tener que ir al hospital, mentir para evitar conflictos y dar recorridos por los mismos lugares, así como temer al cambio .
Todo se detiene cuando uno se sale del cuadrado, de esa cartografía que diseñamos diariamente y la cristalizamos. Despertar, dar un recorrido por lo que será de nuestro día, abrir los ojos, levantarse, bañarse, tomar un café, escribir un tweet, escribir, leer, corregir, escribir, leer, corregir, comer, descansas, protestar por algo, twittear, escribir, leer y corregir. Conversar con la familia, dormir, y reiniciar. Tenemos tan definida la vida que pocas veces nos detenemos a preguntarnos ¿Esto es lo que realmente quiero?, entonces, llegan los 30, nos empiezan a dolor los ojos, las rodillas; peor aún, el estómago, después de tres cervezas, el estómago hace una revolución, después de un mole poblano, la acidez despierta para así quemar tu garganta e incomodar. Los shots de mezcal ya no son los mismos, a menos que antes te tomes una omeoprazol. Me contó el amigo de un amigo.
Así el protagonista de Peluquería y Letras, tiene un miedo a algo pero no sabemos a qué hasta que finaliza la historia, que por obvias razones no les diré, porque tienen que leer esta novela trágica, negra pero a la vez muy cómica. Un escritor con una familia típica en un país europeo nos da un paseo por los sucesos que le acontecen en un día, el ser hipocondriaco lo lleva por momentos a crear un enorme caos, incluso por mentir sobre su profesión, su peluquera momantánea porque era lo que había, lo confunde con narcotraficante y sin querer se corta su propio dedo creyendo dejándo así la cabellera del escritor a medias, ella corre y se va al hospital. Así pasa, seguido cuando hay muchos prejuicios, sobre todo estos choques culturales y únicas historias.
Una de las escenas más cómicas que me parecieron que dieron verosimilitud a la historia es cuando va al restaurante mexicano con un follower, y resulta que es es el Ecuatoriano que insiste en inscribirse a su taller de voces narrativas porque quiere escribir sus experiencias de vida. Hacen una selfie para que supuestamente la esposa uruguaya que resulta ser argentina le crea que fue con él para lo de su libro. Esa selfie se vuelve viral, se la envían y está acompañada con una frase de esas cursis como los tikloks esos románticos de superación personal, el protagonista comienza a recibir muchas llamadas, su agente y su editora están felices porque sí vende libros pero ahora venderá más por esa foto viral, y así es como funciona hoy el mundo, ya no se persigue lo que dice las telenovelas, sino que somos instantes en las redes sociales, nos hacemos famosos unos instantes, virales, e incluso hay quienes millonarios se han hecho, pero lo importante es saber salirse, como lo hace el escritor en cada ocasión que puede, se sale de la realidad constantemente. ¿Qué miedo tendrá?
¿qué estará esperando? ¿qué estará evadiendo?
En fin, no divagar más… entonces, si quieren reírse un rato, y vivir la aventura de un escritor hipocondríaco, aburguesado, con una familia feliz, dense una oportunidad y lean a Juan Pablo Villalobos, y descubran qué pasó al final de esta constante búsqueda de la felicidad, ¿será que exista?, no importa, después de todo, para algo estamos aquí.